11 de julio de 2010

Sophie.

Sophie se levanta de la cama, posando sus pies desnudo en los azulejos fríos. Había oído un ruido, como un carraspeo, pero muy fuerte. Creyó que era Freud, ese gato negro que no tenia dueño, pero que vivía apoyado en la ventana de la chica desde hacia ya tiempo. Se había acostumbrado a el, a que la siguiera y a que despareciera. Bajo despacio los peldaños de esa gran escalera y abrió la puerta, noto el frió en su cuerpecito de -medio-mujer envuelto en un comisión blanco que apenas le llegaba a las rodillas. No sabia a donde iba, pero simplemente caminaba. Llevaba un coleta alta que recogía sus preciosos cabellos rubios, y que la hacia parecer mucho mas pequeña, como cuando sus madre se lo hacia para ir al colegio. Pero ya no era pequeña. Paseaba por el gran jardín, descalza y con frió. En algún momento dudaba si estaba dormida, pero cuando Freud y Sophie cruzaban las miradas, algo le decía que no estaba soñando. Aquella noche no llego a ningún sitio, se sentó despacio en la hierba y miro las estrellas. Algo la perturbaba pero no sabia el que.

3 comentarios:

Katua dijo...

Quiza sea porque Freud no se ha dejado ver esa noche.

Bruja † dijo...

bonito blog
inspirador :D

estrella de los tejados dijo...

precioso tu blog¡¡ me tope con el de pura casualidad, y me haencantado¡¡ definitivamente te sigo!! pasate por el mio, igual tambien te gusta!! :)
http://myloveinthebin.blogspot.com/2010/07/vaga-luna.html
besoos¡¡¡