30 de noviembre de 2010

No tiene titulo porque al amor no se le pueden poner etiquetas.

No va a cometer otra vez el mismo error de perderte, créeme que se meterá en la cabeza hasta a martillazos que lo que necesitas es tiempo. Espacio, momentos sin ella. Pero quizá deberías saber que ella es la que luego llora, y que es entonces cuando tu deberías meterte en la cabeza que ella necesita un poquitín más de atención. Ella lo está intentando, y la cuesta mucho, mucho no imaginarse tus besos a todas horas, o saber que esto quizá no vaya a ningún lado, pero que ella, por que está enamorada, lo intenta. 
Quiero volar contigo de nuevo...
Ella solo quería decirte lo que realmente siente, lo que piensa, y lo que quiere.
La pequeña Arenas se va a la cama un poco triste, pero créeme que aun con espacio, si estás, ella sonreirá.

29 de noviembre de 2010

-Fue bonito eso de: 'no volverá a pasar', MENTIROSO.
-Yo...
-¿Tú? Cállate.
Se intenta tapar el moratón del ojo, saliendo más tarde de casa sin intención de volver jamás, no se hace la débil, porque ella es fuerte. Aunque llore, pero llora a escondidas.

Jorge, un hombre especial.

-Joven, ¿me puede dejar el mechero?
El chico, de unos diecinueve años, le pasa el mechero como hace cada días desde hace meses. No sabe como se llama, ni qué hace todos los días es ese bar, pero le gusta pensar que es algún hombre rico, y por lo que ve no lleva anillo de casado. Quizá es viudo. La pequeña Arenas le ha enseñado a pensar así, a imaginar una vida de todo el mundo, y es bonito. Él antes ya lo hacía, pero eran más bien paranoias. Esta será su ultima semana en el bar ya que marcha a Madrid a encontrarse con su amor, aunque aun van lentos, como caminando sobre césped mojado. Por ello quiere hablar con el hombre, que deduce que se llama Jorge, por la esclava que lleva en la muñeca y que acaba de asomar por el reborde de la camisa. Lleva una libreta, nunca se había fijado en esa libreta, le ve apuntar cosas y cosas, la curiosidad le puede y al final le pregunta:
-¿Qué está escribiendo? Digo... que si no es indiscreción...
El hombre le sonríe con tanta delicadeza y dulzura que parece un niño.
-No importa, joven...
-Me llamo Adrián.
-Bien, Adrián. Es mi memoria, por desgracia los años no pasan solos y se llevan a uno hasta la tumba, y para que no ocurra también con los preciosos recuerdos, los apunto, uno a uno. Es... como un ritual. Dime, ¿a ti no te dolería olvidar a tu novia? Aquello me pasó, olvidé a mi mujer por unos momentos y créeme, duele. Por eso lo apunto todo. Y tu apareces mucho en mi memoria.
-¿Yo...? ¿Usted como se llama?
-Jorge. Si, claro que aparece, sobretodo esas veces que, cuando su jefe se va, se pone con el cacharrófono ese -dice señalando al móvil- y empieza a sonreír como un condenado. ¿Está usted enamorado, señor Adrián? Créame que cuando uno más sonríe es porque es todo mucho más intenso.
-Lo estoy, creo.
-No crea, averigüe. Y yo ya me voy, que tengo que ir a por mi parienta, lo dice aquí.
Y señala la hoja de su cuaderno.
Adrián llama corriendo a su pequeña para contarle lo que pasó, ya tiene un capitulo de su memoria.

25 de noviembre de 2010

Primeras veces, con inseguridades.

Toalla en la cintura, un gorro de ducha para hacer la gracia y verla sonreir.
''Vamos enana, ahora te toca a ti'' aunque no se lo cree del todo aun está nervioso, la primera ducha juntos, hace mucho que se conocen, pero nunca habían intentado nada así, ya que ella era quizá demasiado pequeña, y a él le daba miedo... joder su primera vez. Y ahora mientras la ve desnudarse despacio, sensual, quitandose ese pequeño pijama que mil veces había soñado que se quitaría. Sus pequeños pechos. Le hacen sentir algo, sentir que ya no es su enana, que es una mujer... ¡Y QUÉ MUJER! Parece tan segura... como si ya lo hubiera hecho mil veces, quizá es así, o quizá es por la confianza... Despacito se quita las braguitas que ya era la única prenda que la quedaba, se mete sin prisas en la bañera que, gracias a Dios, es enorme y caben los dos sin problemas. La espuma la recubre el cuerpo, o lo que puede, pero se ve el principio de sus senos al incorporarse un poco, espera a que él se meta con ella. Está nerviosa aunque no lo exterioriza, no puede. Sonríe.
Porque sabe que esa noche nunca la olvidará...
He pensado mil veces en tirar la toalla, ya que empiezo a hacerme mayor, como en esas películas de Peter Pan, en la que Wendy se hace mayor y ya no cree en él, porque deja la imaginación a un lado, a mi me ha pasado lo mismo. He dejado de escribir sin ton si son, pero tengo imaginación para rato...
Prometo intentar volver a esto, a escribir al menos una o dos veces al día, ya que eso es mi vida.
Lo prometo, de verdad.
Creerme.
Al son de 'El regalo más grande' os dejo, mon amour.

21 de noviembre de 2010

Manual de una soñadora.[First]

23.12
Aun estoy despierta con el portátil. No tengo sueño, ni pizca. Estoy viendo una de esas series de criminólogos en las que hay que pensar, aunque este capitulo ya lo he visto. Tengo ganas de meterme en la cama y terminar con el fin de semana, empezar a soñar con lo que pasará el lunes hasta quedarme dormida. Desde hace muchísimo tiempo tengo un pequeño ritual hasta que me duermo, y normalmente nunca me doy cuenta de cuando lo hago. Comienzo a imaginarme cosas, historias que después escribir, o cosas con las que me gustaría soñar aunque luego no pasen, me creo imágenes en la cabeza que me hacen sonreír.
El silencio o la lluvia hacen el resto.

Mis imprescindibles.

-Joe Cocker y su You r so beautiful
-Que mi madre me despierte entre semana, es con lo único con lo que reacciono.
-Mi mejor amiga-hermana con la que no vivo pero si paso horas y horas junto a ella.
-Nani: un yorkshire de unos cuatro kilos.
-Alex y Carmen, que me alegran los días interminables.
-Mi abuelo.
-Mi tía, que es como mi madre, y mi tío, que es como mi padre.
-El ordenador.
-¡CAFÉ!
-Mcfly.
-Navidad.
-Peliculas.
-Colacao(Neskick).
-Sueños.
-Mentes criminales.
-La lluvia.
-Mis primos.
-Campanilla.
-Las clases de Tic.
-Mi edredón.

12 de noviembre de 2010

dejame pensar en que tu y yo, algún día, seremos más que miradas impacientes.

7 de noviembre de 2010

Yep.

Hay cosas que nunca cambian, hay sentimientos que perduran, que no se van.
Y es bueno saber que las cosas son así, que tu nunca has dejado de sentirlo, porque yo tampoco...



arenasinaghostworld@gmail.com
mandarme algun correo contandome lo que querais :)

3 de noviembre de 2010

La verdad es que necesito un poco de cada para ser yo. Necesito un poco de ti para ser yo, si no, ¿cómo puede ser alguien ese mismo alguien sin gente? Gente que da opinión, gente que gruñe pero que es gente, gente que sonríe, gente que llora y, sobre todo, gente que quiere.