30 de junio de 2010

Preguntas sin respuesta.

-¿Me has hecho daño por lo que pasó?
-Sí.
-¿Tanto te dolió?
-Sí.
-¿Tan mal lo hice?
-Simplemente elegiste.
-¿Crees que todo habría cambiado?
-¿Sería tu vida distinta?
-¿Aun me quieres?
-Aun te quiero.
-¿Por qué no volviste?
-¿Por qué tu nunca cogiste el avión?
Ella aparta la mirada de él.
Nunca cogió el avión por miedo.
No se lo dirá, nunca.

Pisando fuerte.

-Naiara espera, joder.
-¿Para qué? ¡Olvidame de una puta vez!
La coge las manos, haciendo que ella no se pueda mover, dejando a un lado su cabello rubio.
-Mike, ¡Déjame!
Chilla sabiendo que por mucho que lo haga no servirá de nada.
-¿Y luego qué?
Patch bebe un trago de su cerveza.
-Joder tío pues ya sabes...
-¿Te la tiraste?
-No.
-¿No?
Patch pone los ojos en blanco.
-Mentira.
-De verdad, no me la tiré, quise pero no.
-¿Y eso?
-Me dio una patada en las pelotas y se fue la muy...
Se muerde la lengua, mientras Mark y Butra se ríen.
-Humillante.
Los cuatro amigos chocan sus cervezas frías, rien.

Colegas al fin y al cabo.

-Somos la mierda que se junta, que no tiene amigos y que está con los demás por estar con alguien. ¿Lo entendéis? Solo estamos juntos por eso. Y que todo nos salga de culo es lo que hace realidad ese hecho. Somos mierda que nos juntamos por no estar solos.
-¿Pero qué dices? ¿Estás pirao o qué? Tronco, somos amigos desde que eramos enanos, ¿cómo puedes decir eso?
-Porque es la puta verdad.
Ahora Mike está fumando sin parar, calada tras calada se da cuenta de su cagada.
Pensando en ella, en que si, la quiere.
Pero por ello no puede pasar de Mark, Butra y Patch.
Son amigos, cojones.
-Mike, colega.
Un tipo grande y musculoso abre la puerta, abalanzándose sobre Mike. Patch y sus cosas.
-¡Patch! Lo siento, tío. Bueno -mira a Mark y a Butra- lo siento mucho.
-Los porros que son malos, ¡eh! -Mark se echa sobre la cama de Mike.
-Seremos mierda, pero somos amigos de verdad, coño.
-Exacto.
-¿Y con ella qué tal?
-No me habla... Ya sabéis.
-No puedes ser tan impulsivo, coño.
-Vale, vale, lo hice mal. No debí asustarla -una carcajada hace que toda la cerveza de Butra se derrame- ¡Hijo de puta! Ya no te voy a dar más, que las derrochas.
-Rancio.
-Capullo.

Sonrisas Infinitas.

-Te propongo algo. -susurró con voz ronca.
-¿El qué? -enrosqué mis dedos en su pelo.
-Desde ahora mismo hasta el final del día te haré sonreír.
-Sabes que hoy no tengo ganas...
-Lo haré.
-¿Por qué?
-Porque me muero si no veo esa sonrisa.
Y entonces el corazón se me divide en dos.
Él y sus sonrisas, yo y mis dudas. Él y sus detalles, yo y más dudas.
¿Elegir? ¿Dañar a uno? ¿Hacer feliz al otro? No.

29 de junio de 2010

First.

El principio de una historia nunca, nunca, nunca es fácil.
Stop.
-Los próximos años, hasta que ustedes quieran y puedan, este será su mundo: vivirán, comerán, respirarán y dormirán de lo mismo. Aprenderán, además de a bailar, escribir, y a ser alguien importante, a ser personas, cosa que muchos de ustedes no son. Al contrario de los que piensen. Deberán saber que aquí hay pocas normas, una de ellas, la más simple es: Todo lo que aprendo en la escuela lo llevaré a cabo fuera de ella. Ya irán aprendiendo. Los alumnos nuevos pueden ir al comedor, se les darán las llaves de las habitaciones, y los horarios. A partir de las diez siendo días de diario no podrán estar mezclados en las habitaciones, y a las once es el toque de queda para todo, absolutamente todos. Los viernes y sábados podrán estar hasta las doce en las habitaciones, mezclados. Y hasta la una en las comunes. ¿Entendido? Qué pasen un buen curso.
A pesar de ser nueva no tengo miedo, me presento: Soy Arenas. No, no es mi nombre. Es un mote, un seudónimo. En realidad me llamo Ana, me parece demasiado común. Bailo, y escribo. Y creo que lo hago bien, sino no estaría aquí. En fin, voy a ver dónde y con quien duermo. Cruzo los dedos. Por favor, por favor, por favor. No quiero repipis.
He venido con una beca a la escuela más prestigiosa de toda América del Norte, Burnley School. Es muy selectiva. No la busquéis, no intentéis entrar, ella os encontrará. Con esto me quiero referir a que los alumnos elegidos son los que la Sra. Burnley (dueña del colegio), y los profesores quieren seleccionar. No hay pruebas, simplemente ellos te observan. 313. Mi habitación.
Adiós soledad. Una enorme maleta ya está encima de la cama, medio vacía. Huele a vainilla, me gusta ese olor.
-¿Hola? ¿Hay alguien o solo la maleta?
-Si, si. Perdona estaba en el baño.
Una chica morena, de media estatura y con ojos castaños me sonríe desde la puerta del baño.
-Soy Angie, ¿y tú?
-Arenas.
-¿Arenas?
-Es que... mi nombre es común: Ana.
-Oh, ¿es tu apellido?
-Si.
-Yo soy Angie Burnley, hija de Amanda Burnley. La directora.
-Sé quien es. ¿Eres enchufada? -mierda, pero qué hago preguntando eso.
-No, no -ríe, eso es buena señal, ¿no?- Bailo.
La primera impresión sobre mi nueva compañera es muy buena, parece de mi edad, y al menos ya tendré alguna que otra conocida en clase.