1 de julio de 2010

Sin algo de odio no es AMOR.

Me arrancaste el corazón con las simple ayuda de un palillo. Hiciste palanca contra mi columna y lo sacaste. Despacio, muy, muy despacio para que sintiera el dolor y después se apagara todo. Mis oídos ya no escuchaban, mis labios ya no pronuncian tu nombre en sueños. Ahora tengo pesadillas, pero no grito. Has conseguido tu premio: un corazón enamorado. Pero roto.
No me dejaste vivir, y ahora agoto mi tiempo escuchando baladas de Joe Cocker, y llorando por las esquinas. Te fuiste de mi vida como un soplo. ¿Tanto me querías? ¿Tanto como para que a la mínima me quitaras mi corazón y te fueras? Qué injusto es el amor. Pero que preciosos eran tus besos. Soñados. Vividos. Deseados. Todos eran perfectos.
¿Aun no lo entiendes?
Te quiero aun sin corazón, intento odiarte, pero no puedo.
No llego, no llego a ti.
Por mucho que estire la mano jamás recuperaré aquello que fue mío.

3 comentarios:

ChicaGuau dijo...

¡Qué razón tiene el título :]!
Un mimito grande, grande.

Dauphine dijo...

Es tan pero tan cierto eso que escribiste.

Katua dijo...

eh, el odio es solo amor mal canalizado.
TE ODIO!