28 de diciembre de 2010

Amores de ayer y de hoy.

-¿Prometes querer a Rick en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte os separe?
-No.
Entonces es cuando en este cuento donde la novia no se quiere casar, y baja del altar arrancándose el vestido, pero no, no se queda desnuda. Unos pantalones ajustados, y una camiseta blanca hacen su figura más espectacular que de costumbre, unos tacones de 10 cm del mismo tono que la camiseta la hacen mucho más alta de lo que ya es. Se va de allí dejando solo al novio, a los invitados y a los padres de él llorando por el dineral que se han gastado en todo.
Podréis pensar que es una furcia, que solo le quería por la pasta, pero no. Maci es atípica, es rara, mandona, juguetona, gritona, chapuzas, lista, risueña, dura, y llorona, pero desde que empezó el romance con Rick sabía que no podría casarse nunca con él. Sale con la cabeza bien alta de la iglesia, donde fuera la espera aquella persona a la que siempre quiso, después de años sin verse, sin decirse nada, allí estaba él.
-¿Qué has hecho? -Marcus no sale de su asombro al ver aparecer a aquella chica que veinte minutos antes había visto entrar en la iglesia vestida de novia.
-Dejarlo todo.
-¿ESTÁS LOCA? 
-Claro que lo estoy. Acabo de dejar una iglesia con 1300 invitados, y con el hombre de quien pensaba que estaba enamorada, he roto el vestido, he pasado de todo ese paripé.
-¿Por qué?
-Porque estoy enamorada de ti, del único hombre que me ha hecho vibrar, de quien me ha hecho llorar, el único. 
Un beso, atrevido, risueño, alegre, mortal, fugaz, pasional, esperado e inesperado, e inoportuno.

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