29 de junio de 2010

First.

El principio de una historia nunca, nunca, nunca es fácil.
Stop.
-Los próximos años, hasta que ustedes quieran y puedan, este será su mundo: vivirán, comerán, respirarán y dormirán de lo mismo. Aprenderán, además de a bailar, escribir, y a ser alguien importante, a ser personas, cosa que muchos de ustedes no son. Al contrario de los que piensen. Deberán saber que aquí hay pocas normas, una de ellas, la más simple es: Todo lo que aprendo en la escuela lo llevaré a cabo fuera de ella. Ya irán aprendiendo. Los alumnos nuevos pueden ir al comedor, se les darán las llaves de las habitaciones, y los horarios. A partir de las diez siendo días de diario no podrán estar mezclados en las habitaciones, y a las once es el toque de queda para todo, absolutamente todos. Los viernes y sábados podrán estar hasta las doce en las habitaciones, mezclados. Y hasta la una en las comunes. ¿Entendido? Qué pasen un buen curso.
A pesar de ser nueva no tengo miedo, me presento: Soy Arenas. No, no es mi nombre. Es un mote, un seudónimo. En realidad me llamo Ana, me parece demasiado común. Bailo, y escribo. Y creo que lo hago bien, sino no estaría aquí. En fin, voy a ver dónde y con quien duermo. Cruzo los dedos. Por favor, por favor, por favor. No quiero repipis.
He venido con una beca a la escuela más prestigiosa de toda América del Norte, Burnley School. Es muy selectiva. No la busquéis, no intentéis entrar, ella os encontrará. Con esto me quiero referir a que los alumnos elegidos son los que la Sra. Burnley (dueña del colegio), y los profesores quieren seleccionar. No hay pruebas, simplemente ellos te observan. 313. Mi habitación.
Adiós soledad. Una enorme maleta ya está encima de la cama, medio vacía. Huele a vainilla, me gusta ese olor.
-¿Hola? ¿Hay alguien o solo la maleta?
-Si, si. Perdona estaba en el baño.
Una chica morena, de media estatura y con ojos castaños me sonríe desde la puerta del baño.
-Soy Angie, ¿y tú?
-Arenas.
-¿Arenas?
-Es que... mi nombre es común: Ana.
-Oh, ¿es tu apellido?
-Si.
-Yo soy Angie Burnley, hija de Amanda Burnley. La directora.
-Sé quien es. ¿Eres enchufada? -mierda, pero qué hago preguntando eso.
-No, no -ríe, eso es buena señal, ¿no?- Bailo.
La primera impresión sobre mi nueva compañera es muy buena, parece de mi edad, y al menos ya tendré alguna que otra conocida en clase.

1 comentario:

Tocada y hundida dijo...

Me gusta, sigue escribiéndola.
<3